5 versiones
de “Guárdame las vacas” de Luys de Narváez para Guitarra
Introducción
Mucho repertorio de la
guitarra consiste en arreglos, hechos con mayor o menor éxito, sin embargo, la
obra que nos ocupa hoy, es posiblemente la que más difiera entre sus versiones.
Por ejemplo, si tomáramos la “Fantasía X”
de Alonso Mudarra, puede que las partituras
se vean diferentes en cuanto a compases, armaduras de clave, duración de notas
y afinación, pero se supone que el resultado sonoro es prácticamente el mismo.
Algo muy distinto ocurre con Guárdame
las vacas, cuyas versiones difieren en muchas cosas, en forma, estructura,
tonalidad/modalidad, afinación y digitación (por ende, dificultad), afectando
directamente al material musical y como se percibe la obra.
En este artículo,
pretendemos explicar el origen de esa variedad de resultados y ofrecer una
comparativa rápida que pueda servir para elegir lo que más se adapte a las
necesidades del intérprete o profesor.
Contexto
“Guárdame las vacas” o
simplemente, “Las vacas” es una obra de autor anónimo, sus acordes están
basados en “La folía”, una secuencia de acordes que con sus variantes, es la
base de gran parte del repertorio renacentista.
La obra de Luis de Narváez es uno de los antecedentes
escritos más antiguos de la forma “Tema
y Variaciones”. Hay otras “vacas” como la de Venegas de Henestrosa, Simancas
o del Ramillete de Flores, por
nombrar otras fuentes. Lo único que tienen en común esas fuentes con la obra de
Luis de Narváez, es la base armónica
de “La
folía”. Este hecho no es solo anecdótico o curioso, básicamente indica
que no hay una melodía que podamos
identificar como el TEMA que luego sería variado, a diferencia de otras
canciones populares como “Tant que vivray” o “Con
que la lavaré” que la fuente vocal es idéntica a la transcripción.
La fuente común
En el índice del libro
de Narváez,
las diferencias no están reunidas bajo un mismo título, se indican todas por
separado, solo divididas por una advertencia que dice “la primera diferencia de guárdame
las vacas por otra parte”. Algunos revisores han asumido que el “tema” es lo primero que se oye y otros,
que llamaban “vacas” a la secuencia de acordes, otros han asumido que la
canción era tan bien conocida que no hacía falta escribirla y solo haciendo los
acordes, ya se daba por citada la canción. (por poner un ejemplo digamos “actual”,
es como si un “Narváez” moderno hiciera diferencias
sobre el “Despacito” haciendo sonar Sim,
SolM, ReM y LaM a contratiempo, pero sin que suene la melodía original, que la
damos por sentado gracias a los acordes específicos a cierta velocidad).
¿Hay un tema explícito?
¿Las diferencias “por otra parte” son parte de la misma obra o una obra
diferente? ¿Cómo combinar esa segunda parte, transportando o tocándola según la
tablatura?, las respuestas a esas preguntas son las que ofrecen tan diferentes
resultados.
Comparativa
Citaremos a 5 revisores: Pujol, Yepes, Azpiazú, Díaz y Segovia.
Pujol
transcribe sin modificar nada, lo que ve en la tablatura lo refleja en
escritura moderna. Es el único de los citados, que utiliza la digitación de la
tablatura.
Yepes en cambio, añade barras de repetición a cada diferencia y además, transporta el comienzo a una 4º ascendente, de Do Mayor/ La menor a Fa Mayor/Re menor.
Nota: Además de Yepes, otros revisores también han creído muy conveniente, repetir cada sección ya que son muy agradables al oído como para hacerlas solo una vez.
Aspiazú toma una decisión opuesta en cuanto a la altura, transporta las “diferencias por otra parte” a la altura del comienzo, mezcla las diferencias de ambas partes y no añade barras de repetición.
Díaz tiene una versión idéntica, transporta a la misma distancia la segunda parte, pero difiere de Aspiazú en el orden, ubicando la segunda parte en el medio.
Segovia toma una posición más radical, al transportar la B1 hacia arriba, omitir B2 y B3 y poner una doble casilla en la diferencia A4.
El siguiente cuadro
muestra una comparativa digamos “en simultáneo” de lo que vimos anteriormente,
por razones de espacio solo pondremos las letras que hemos usado.
Conclusión
Podríamos suponer que
en muchos planes de estudio de los conservatorios, figura esta obra tan conocida,
pero no se expresa el nombre de un revisor en concreto, favoreciendo que el
alumno baje de internet otra versión (pensando que es simplemente, otra edición
con igual contenido) y se encuentre tocando una versión más fácil o más difícil
y no, una versión acorde a su nivel. Si bien es difícil saber a ciencia cierta
el “nivel de dificultad” de una obra, la sensibilidad y la experiencia docente
puede ayudar a ubicar una versión concreta en el nivel más adecuado.
No podemos concluir un
estudio serio con una afirmación del tipo
“Hay varias versiones, se puede elegir la que
más guste al intérprete”.
En el ámbito de la
creatividad, puede que el intérprete no sea el autor de lo que toca ni el
revisor/arreglador de lo que interpreta, pero la búsqueda de un “sonido propio”
necesariamente lo hace elegir un modelo de guitarra y no otro, un tipo de toque
y no otro y porque no, una transcripción y no otra. La expresión del intérprete
se ve en las decisiones musicales que toma sobre la obra que eligió y la
técnica que disponga para manifestar esas decisiones. Es ahí donde el intérprete
no elige solo “la versión que le guste”, quizá elige la versión más larga
porque el resto del repertorio tiene poca duración o una más corta por la razón
opuesta, o está de acuerdo con la visión musicológica de un revisor, en todos
los casos, el intérprete elige según un criterio y no solo por el azar de
haberse topado con una única versión.
El objeto de este artículo
fue ofrecer una breve descripción de 5 transcripciones de la obra y mostrar
similitudes y diferencias.
Espero que el contenido
le haya sido útil, lo espero en la página de Facebook: Banco de Partituras de Guitarra Clásica